Permite con sólo una mirada, inferir con razonable precisión la dirección y velocidad del viento en la pista. Hay diversos tipos y variadas especificaciones, pero el típico cataviento es un cono de tela impermeable semi-truncado con las siguientes características:
- Debe poder operar entre -55ºC y 55ºC
- Debe ser operativo hasta los 78 kt.
- La tela debe ser repelente al agua.
- Cada franja indica un segmento de 3 kt, salvo la primera franja que debe ser rígida y ayudar a direccionar el cataviento en el sentido del viento. Si esta primera franja esta lacia con el viento calmo, el cataviento no está correctamente instalado.
- Con viento superior a 15 kt, el cataviento debe estar completamente estirado.
- En aeródromos que operan después del FCCV, normalmente poseen iluminación.
Siempre debemos observar el cataviento antes de un despegue y un aterrizaje (en este último caso, y no habiendo servicio de control de tránsito aéreo, por medio de un sobrevuelo). En un despegue, incluso si la torre (o el METAR) nos indica la dirección y velocidad del viento, se debe observar el cataviento, pues nos asegura una reseña del viento en la pista en uso en el momento mismo del despegue.
Si una pista tiene más de un cataviento, la diferencia observada en los catavientos puede sugerir un windshear (cambios locales en la dirección y velocidad del viento) en el momento del aterrizaje o despegue, ayudando a preveer situaciones de riesgo en dichas maniobras.
Si una pista tiene más de un cataviento, la diferencia observada en los catavientos puede sugerir un windshear (cambios locales en la dirección y velocidad del viento) en el momento del aterrizaje o despegue, ayudando a preveer situaciones de riesgo en dichas maniobras.